Foto tomada por Bea de Felipe
Querido lector, hoy voy a reflexionar sobre algo que puede
transformar nuestra relación con nosotros mismos:
¿Cuántas veces dejamos para más adelante nuestros proyectos
personales? ¿Cuántas veces nos esforzamos y damos lo mejor de nosotros mismos
en los proyectos de otros?
Seguro que te suena la situación: en el trabajo o en una
asociación eres capaz de dar lo máximo
de ti, cumples a rajatabla los compromisos con tu jefe y con tus compañeros. ¡Como debe ser! Y eso te
honra como profesional y como colega.
Pensemos ahora en otra cosa: cuando tienes que trabajar para
un proyecto que es tuyo, íntimamente tuyo… ¿implicas tanta energía? ¿le dedicas
tanto tiempo? ¿te esfuerzas al máximo hasta obtener resultados?