El Tarot de Marsella puede entenderse de muy diferentes maneras, puede ser un juego de cartas, un oráculo para, supuestamente, adivinar el futuro o muchas cosas más. En mi caso, me interesa para el estudio simbólico y arquetípico, a través de las enigmáticas escenas que aparecen en el mismo. En este sentido, mi manera de entender el Tarot se orienta hacia la visión de Psicotarot que desarrolla el psicólogo y terapeuta gestalt Jorge Llano.
Hablando con una amiga sobre el simbolismo evocado por el arcano número XVI: La Torre, salió a colación el tema de tumbar el ego. "La Torre te llama a tumbar el ego y sus construcciones -dije-, para seguir adelante en el camino de autorrealización que propone el Tarot, hay que rendir el ego".
Mi amiga se quedó igual, si bien la imagen de la carta es clara y evocadora, la comunicación en palabras, no fue fluida. Quizá por eso el conocimiento del Tarot es visual y simbólico: para que no nos enredemos en conceptualizaciones e interpretaciones rebuscadas. De todos modos, ahí queda el reto: ¿qué es eso de tumbar el ego y sus construcciones?, ¿se puede explicar de manera llana y sin palabrejas?