martes, 26 de julio de 2011

Practicando asertividad con Caja Madrid

Hoy he tenido una gran oportunidad para practicar técnicas de asertividad y defender mis derechos de consumidor en unas oficinas de Caja Madrid.

Entré en la oficina,  situada en la Sevillana Avenida de Hitasa Nº 12, con la intención de pagar unas tasas a La Junta de Andalucía, administración autonómica que tiene a Caja Madrid como una de sus muchas entidades financieras colaboradoras.

La oficina se hallaba vacía de clientes y cuando mostré el modelo 046 de pago de tasas, la cajera me comentó que no podía atenderme, que solo se cobraban recibos en efectivo en determinados días y a determinadas horas. Le dije que necesitaba hacer el pago y me  preguntó si era cliente del banco (utilizaba el principio de pertenencia para excluirme). Le contesté que sí, que en ese momento era un cliente que pretendía pagar, a lo que la empleada replicó que, en caso de no tener cuenta abierta con el banco, no podría hacer el pago en la entidad a esa hora y me recomendó irme a la calle, donde podría encontrar otras entidades bancarias en las que me atendiesen.
Estrategias, Manipulación, Pedagogía Social, Práctica,
Mantenerse firme y calmado en la marejada: foto tomada por Bea de Felipe
 En lugar de violentarme, o de tomar una actitud pasiva y salir de la entidad a mendigar que otro banco se dignase a aceptar mi dinero, practiqué la asertividad: le expuse de nuevo, con claridad y buenas palabras, que yo era un cliente, aunque no tuviera cuenta. La cajera contraargumentó que se trataba de una norma de la empresa y que no se podía hacer nada (estaba utilizando el principio de autoridad  para amedrentarme).
Yo le repliqué entonces, utilizando el principio de autoridad a mi favor: ―La Junta de Andalucía también es cliente suyo y tiene un convenio de colaboración con ustedes, además, en la resolución de la Junta de Andalucía, norma de rango superior, consta por escrito que puedo pagar en una entidad colaboradora sin especificar nada de horarios. La cajera volvió a aconsejarme que quizá en otro banco pudieran atenderme (usando la técnica de echar balones fuera, lástima que algunos clientes no sean balones).

Ante esta situación, pasé a tomar una nueva medida de asertividad: con buenos modales, le dije que no estaba conforme con la situación y que me gustaría dejar constancia de ello por escrito en el libro de reclamaciones. La cajera cogió el teléfono y habló con un superior, acto seguido me dijo que me atendería su compañera, que era la autorizada para la gestión de reclamaciones, me giré y vi que en ese momento estaba en una mesa cercana atendiendo a una pareja de clientes sentados frente a ella.

Me dirigí hacia la mesa y esperé, a una distancia prudencial, tras una espera de unos 15 minutos la trabajadora de la mesa me preguntó si tenía prisa, ya que la gestión con la pareja de clientes iba a ser larga.

Estrategias, Manipulación, Pedagogía Social, Práctica,
Calmado, aun rodeado de lobos, foto tomada por Rafa Téllez
En ese momento, haciendo acopio de toda la asertividad y calma posibles le expuse, con tono dialogante y ante los dos clientes, la situación: ―Mire, solo tengo prisa por pagar, necesito pagar y ustedes no me dejan. Quiero ser cliente y ustedes me mandan a entidades de la competencia. Comprendería que no me atendiesen si el banco estuviera lleno de sus clientes y yo les molestara, pero el caso es que, desde hace más de media hora, la oficina está vacía y ustedes no me atienden, es eso lo que pienso poner en el libro de reclamaciones (yo estaba utilizando de manera combinada el principio compromiso-coherencia y , veladamente, el principio de autoridad; todo ello ante otros dos clientes de la entidad, perplejos por la situación...)

La trabajadora de la mesa cedió, me dijo que pasara de nuevo por caja, que su compañera me atendería, en menos de un minuto la gestión fue realizada, con gran pericia por su parte, haciendo gala de una corrección exquisita.

Agradezco mucho este encuentro tan satisfactorio para todas las partes, yo conseguí realizar mi pago y de paso practicar técnicas de asertividad, la Junta de Andalucía pudo cobrar, y la entidad bancaria consiguió gestionar un cobro, de lo que sacará beneficios que contribuirán a la viabilidad económica de la empresa y al mantenimiento de puestos de trabajo de sus empleados, no están los tiempos como para que las empresas nieguen servicios a sus potenciales clientes y los envíen a utilizar servicios de la competencia...

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Asertividad contra manipulación.

Un libro recomendable, click para referencias:

lunes, 4 de julio de 2011

Asertividad contra la manipulación.

Estrategias, Pedagogía Social, Psicología Social,
Una de las mejores estrategias para evitar la manipulación es la asertividad, ser asertivo es ser capaz de defendernos, expresarnos y comportarnos de manera auténtica sin que nadie limite nuestros derechos ni influya en nuestros comportamientos.
La conducta asertiva ha de ser adecuada y adaptada a las circunstancias, tenemos derecho a expresarnos y a comportarnos de acuerdo a nuestra naturaleza, hacer respetar nuestros límites siempre que no agredamos ni sobrepasemos los límites de los demás.
Ser asertivos no es nada fácil, ante una situación conflictiva nuestros comportamientos tienden a ser o bien pasivos o bien agresivos:
-La pasividad: Algo muy común que hacemos ante situaciones que nos molestan es no hacer nada y “tragarnos” nuestro enfado, esto no solo no resuelve nuestro problema, sino que aumenta nuestro ,malestar y permite que en el futuro la situación no deseada se repita.
-Agresividad: Es otra conducta nada deseable, si ante una molestia reaccionamos explosivamente con improperios verbales y gestos agresivos nuestro interlocutor probablemente se cierre a cualquier tipo de interacción, no resolveremos la situación, sino que aumentaremos la “escalada de violencia”.
La asertividad consiste, en cambio, en hacer valer nuestros derechos exponiendo de manera clara y por medios adecuados nuestros puntos de vista. En muchas ocasiones la otra persona no sabe que su comportamiento nos molesta, por lo tanto una simple aclaración utilizando buenas palabras bastan para desbloquear una situación. Muchos de nuestros conflictos son básicamente problemas de comunicación y un buen entendimiento entre las partes puede solucionarlos.
En otras ocasiones, cuando realmente nos enfrentamos a una situación de manipulación o notable abuso, la asertividad también nos resulta muy útil: el abusón comprende que no conseguirá nada de nosotros y, dado que le expondremos nuestros argumentos con contundencia, se quedará sin pretextos para seguir con sus conductas una vez las hemos desvelado.

Con la asertividad podemos tender puentes